Después de la lesión en
el gemelo del Medio Maratón de Santander bajé un poco, bastante, mis entrenamientos
de carrera para asegurar una buena recuperación. Por ello, cuando Elsa me
propuso apuntarnos al Trail Costa Quebrada le dije que sí, pero que iría a
hacerle de liebre/acompañante. A ella le pareció perfecto, claro.
Era la 4ª edición de
este trail. Ha crecido mucho y se ha hecho muy popular, creo que con razón. Un
trail a principios de temporada, bonito (ya que recorre la costa de Liencres y
sube a la picota), cercano a Santander y asequible (unos 21Km y un desnivel
acumulado de 1.200m)… completo.
El plan era ir los dos
tranquilos disfrutando de la carrera. Pero una vez que dieron la salida ya me
di cuenta de que Elsa lo de “carrera tranquila” no lo ve muy claro… salió
bastante rápido fijándose como “objetivos” a las chicas que llevaba por
delante. Tuvimos un muy buen “club de fans” (la familia, como no) que nos
siguieron y animaron en varios puntos de la carrera.
El sendero costero muy
bonito y cómodo para correr excepto un par de bajadas cortas con mucha
pendiente.
En los
avituallamientos, dado que ella era la parte principal del equipo, le dije que
no parase y yo le hacía de aguador… ¡si me despisto me deja atrás!
La subida por los
pinares de Liencres la hicimos a muy buen ritmo y a Elsa le animó una chica de
la organización que le dijo “¡Vas muy bien, tú eres la de Vega de Pas!”. La
fama le persigue ya. Normal…
Al llegar a la
carretera recibimos otra vez ánimos de la familia lo que nos vino bien para
encarar la parte más dura de la carrera: la subida a la Picota.
Es una subida
dura pero no demasiado larga. La peor parte con la “técnica trailera” de cabeza mirando
al suelo, manos en las rodillas, pasos lo más rápidos posible y pulmones saliéndose por la boca.
En la cima nos
encontramos con mi padre haciendo fotos. Nos animó diciéndonos que Elsa iba
muy bien.
Y también con un par de
gaiteros a los que saludamos sorprendidos.
La bajada por el bosque
fue mucho más sencilla que otros años porque estaba seca y no tenía barro (¡menos mal!).
En ese
tramo Elsa me confesó, como disculpándose, que empezaba a ir muy cansada… le
dije que era normal, que llevábamos más de 15Km con subida a la Picota incluida,
y que yo también lo estaba.
“Sólo” nos faltaba otra
subida a Tolio y luego bajada continua hasta la meta. La subida se nos hizo un poco larga.
Pero
no aflojamos porque Elsa en ese momento divisó a otro “objetivo”, una corredora
que iba unos metros por delante. La alcanzamos y nos pusimos a su “rebufo”. Yo
a esas alturas no le hablaba mucho porque veía que iba concentrada,
cansada y esforzándose, pero me imaginé que su estrategia sería seguirla en la bajada (más
experiencia que nosotros en las “alocadas” bajadas de trail seguro que tenía)
para luego cambiarle el ritmo en el último tramo de carretera llegando al pueblo de
Liencres.
Según me reconoció
después el plan era ese, y estoy seguro de que la hubiese podido ganar pero en
la bajada… ¡¡tropezón y caída de morros!! Lo vi como a cámara lenta pero al ir
un par de metros por detrás de ella no pude hacer nada por evitar que se cayese
y se hiciera unas buenas heridas en la rodilla y en el antebrazo. Pese a que se
tuvo que hacer bastante daño se levantó muy rápido y sin mirarse ni quejarse se
puso a correr otra vez. Cosas del trail.
Una vez que terminamos
la bajada y llegamos a la carretera apretó mucho el ritmo e íbamos acortando la
distancia con la chica que se nos había escapado. Le pregunté si podía apretar
más pero me dijo que no, que ya iba al límite y que bastante con mantener el
ritmo que llevábamos. Entonces le dije que aflojara un poco y disfrutásemos de
la entrada en meta, ¡cosa que hicimos!
El tiempo final fue
2:13:19 y consiguió quedar en un magnífico 8º puesto en la clasificación general femenina, 5ª en su categoría. Y la 173ª de unos 550 corredores. En su línea,
nos está acostumbrando muy mal...
Aquí un pequeño vídeo resumen:
El “track” de la prueba:
La clasificación:
Y galería de fotos:
Fotoyos
No hay comentarios:
Publicar un comentario