Con el fin de mantener
al equipo “concentrado” Toño propuso que corriésemos todos una carrera benéfica
contra el cáncer que se había organizado en Solares. Era perfecta para seguir
progresando después del debut familiar en la San Silvestre. Una carrera
popular, con poca gente y de 5Km.
Hubo que convencer a
los más “vagos” o reticentes zanjando la conversación en la que decidíamos si
íbamos o no con un “ya estáis inscritos”. Sin vuelta atrás.
Elsa decidió acompañar
a su padre que estaba muy contento al ver cómo había mejorado su ritmo en
entrenamientos tras su “afinamiento”. Mi padre y mis hermanas decidieron que
esta vez ya cada uno tenía que ir a su ritmo, sin esperarse, para esforzarse
todos por igual. Y yo decidí hacer la carrera como un entrenamiento corto y “de
calidad”. Pero como no me convencía mucho lo de “gastar” un domingo de
entrenamiento corriendo sólo 5Km opté por ir y volver a Solares en bici. Una
especie de duatlón bici-carrera-bici. La bici con calma, eso sí, porque llevaba
tiempo sin cogerla y no quería tener que correr a lo robocop.
Al llegar a solares y
encontrarme con el resto del equipo me gustó la “excitación y nervios” que había por allí. No era exagerado, pero se
notaba que todos querían demostrarse a sí mismos que lo que estaban entrenando
se notaba. Eso quería decir que se lo iban a tomar en serio, y ¡me encantaba!
Yo me puse en primera
fila para la salida y la carrera la verdad es que no tuvo demasiada historia.
Un 5.000 para un paquete como yo es simplemente correr a todo lo que das desde
que empiezas hasta que llegas, tratando de que no se te caigan ni los pulmones
ni el corazón por el camino.
Y eso hice, salí a todo
lo que di y me sorprendí el primer kilómetro por ir en 2ª posición. ¿Dónde
estaban los cracks? Ah, que no habían venido a esta carrera…
Al kilómetro y medio ya
me pasó un grupillo de unos 8 corredores a los que traté de engancharme pero
sólo pude mantenerme con ellos unos 500m.
Como se puede ver iba
mirando el reloj para ver el ritmo al que íbamos... el ácido láctico no me dejaba ni enfocar. Muy rápido para mí, eso me quedó claro.
Hasta la mitad de carrera el recorrido subía bastante y los últimos 200-300m, antes de llegar a la finca del palacio del marqués de Valdecilla, fueron bastante duros.
Hasta la mitad de carrera el recorrido subía bastante y los últimos 200-300m, antes de llegar a la finca del palacio del marqués de Valdecilla, fueron bastante duros.
Después de eso, y
habiendo retenido todos los bofes dentro del cuerpo, ya sólo quedaba bajar
hasta donde habíamos salido.
Al pasar cerca de la
meta, antes de dar un rodeo para completar los 5Km, alguien del público para animarme al ver mi estado, me dijo que iba muy bien, entre los 10
primeros. Y sin adelantar ni que me adelantase nadie entré bajo el arco de
meta.
En cuanto recuperé un
poco el aliento salí trotando en dirección contraria para buscar al resto del
equipo. Me encontré a la primera chica y poco detrás a Elsa acompañando a su
padre. Elsa llevaba bastante mejor cara que la chica que la precedía y que su
padre… les acompañé hasta meta y vi como la que había quedado primera
felicitaba a Elsa y le decía que menudo gesto haber renunciado a ganar la
carrera por acompañar a su padre.
Volví a salir en
dirección contraria y al poco tiempo me encontré con mi padre que traía muy
buen ritmo. Me “presentó” a un amigo de su hermano que iba corriendo con él y
me dijo que iba bien y que fuese a buscar a mis hermanas que vendrían peor.
Muy poco más atrás me
encontré con Rocío que, pese al esfuerzo evidente que estaba haciendo, me echó
una sonrisa y me dijo que no me preocupase que el iba a su lado era médico. Mucho
“colegueo” porque le conocía de su trabajo, pero al final la "picona" de ella le
esprintó y le ganó…
Y para terminar fui a
buscar a Marta que venía la última (¡del equipo, no de la carrera!). Cuando la
encontré iba bastante asfixiada pero mantenía un buen ritmo, me sorprendió
gratamente. La animé todo lo que pude en los últimos metros y vivimos juntos esa
gran sensación de entrar en meta cuando lo has dado todo. Hombre, que ganar un
oro en unos JJ.OO. también tiene que estar bien, pero ganarte a ti mismo es
siempre muy emocionante.
Después de los
comentarios post-carrera de rigor y, lo que se está convirtiendo en costumbre,
aplaudir muy fuerte a Elsa cuando subió al pódium…
Me volví a disfrazar de
ciclista y vuelta para casa. En resumen, un gran día de deporte en familia que
estoy seguro que este año repetiremos en bastantes ocasiones.
El “track” de la prueba:
Garmin
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